En la entrevista del Huffington Post con Paola Roig, psicóloga perinatal y autora del libro La crianza Imperfecta, la especialista ha analizado el proceso de ser madre y todas las implicaciones que ello trae. Además, ha desmontado varios mitos sobre el proceso de ser mamá y comparte varios consejos y buenas prácticas para la crianza de nuestras hijas e hijos en estos tiempos de querer todo muy rápido y querer acelerar el proceso.

Cuando nace un hijo, nace una madre (y padre) también. 

Ser madre es uno, por no decir el mejor regalo, que la vida nos puede dar. El hecho de traer al mundo una nueva vida es algo mágico. No obstante, también trae detrás muchas cosas que no se ven, y la Psicóloga Perinatal, Paola Roig, en una entrevista concedida al Huffington Post, ha hablado sobre el proceso de crianza de un hijo y todo el mundo que se esconde detrás.

En primer lugar, Paola comenta que no solo nace el bebé, sino que también nacen un padre y una madre, pues se crea en ellos una nueva figura y, en parte, una personalidad nueva que tendrán que aprender y desarrollar.

“Eso de nunca gritaré a mis criaturas que me tuve que tragar.”

Antes de ser madre, se establecen algunas creencia en tu cabeza que con la maternidad, por el motivo que sea, no se cumple. Por ejemplo, nadie quiere gritar a sus hijo, cuantas veces he pensado en Nunca gritaré a mis hijos. Y luego lo que pasa es todo lo contrario, hay momentos que son inevitables. Esto nos genera frustración y nos hace pensar que somos malas madres. Pero de estos momentos podemos aprender también, podemos hablar con nuestro hijo/a para disculparnos por nuestra actitud.

Por otro lado, podemos “mirarnos hacía dentro pensar qué ha pasado, qué había en ese grito que se ha escapado, cómo voy de sobrecarga, cómo voy de estrés, cómo me siento, qué necesito.”

“Necesitamos muchas más manos y la mayoría de familias no las tenemos”

La experta en crianza cree que dos figuras paternas se quedan cortas para sacar adelante a un hijo. “Somos animales sociales, pero es como que se nos ha olvidado. Una familia sola —entendiéndose padre-madre, madre-madre, padre-padre, me es igual— para un niño, ya no te digo para dos, tres o cuatro, es muy poco“, expresaba.

Y la sobrecarga de información no facilita nuestra vida, porque nos hace más exigente con todo, la alimentación, la crianza respetuosa, la crianza con apego, etc. Eso implica muchos dogmas, mucha rigidez. Y te imaginas que agobio para un niño que es hijo de una madre perfecta y que estará obligado a ser el niño perfecto.

“Como madre de dos, llego hasta donde puedo e igual es suficiente”

Para finalizar, Paola indica que lo primero de todo es dejar de ser tan exigente con una misma, ya que no se puede llegar a todo. Ella, que tiene dos hijos, admite que muchas veces “va a haber momentos en que igual mi hijo quiere que juege con él pero yo estoy dando el pecho a la pequeña y no puedo jugar a tirarnos cojines. O al revés, estoy con mi mayor y mi pequeña igual se tiene que esperar dos minutitos para que la pueda atender porque esto que le está pasando al mayor es importante”. 

Entonces calma, lo estás haciendo bien 🙂 

Aquí te dejo el enlace si quieres leer toda la entrevista.

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